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Colombia y las FARC: "No se va a acabar la violencia; se va a acabar el conflicto armado interno"



  • 26 junio 2016
Claudia LópezImage copyrightPRENSA SENADORA CLAUDIA LÓPEZ
Image captionLa senadora colombiana Claudia LĂłpez celebra el acuerdo de desarme, pero advierte que eso no necesariamente significa fin de la violencia.
Como senadora colombiana y experta en ciencia polĂ­tica, Claudia LĂłpez ha seguido de cerca las negociaciones entre el gobierno y la guerrilla de las FARC, que llevaron a un acuerdo para un cese el fuego bilateral y definitivo.
“Es sin dudas la noticia más importante de Colombia en los Ăşltimos 60 años”, señala LĂłpez, que pertenece al partido Alianza Verde y es autora del reciente libro “¡AdiĂłs a las FARC! ¿Y ahora quĂ©?”.
Sin embargo, en una entrevista con BBC Mundo admite que, en el mejor de los casos, el acuerdo acabará con el conflicto armado que arrastra Colombia desde hace dĂ©cadas, pero que persistirán “otras formas de violencia” en el paĂ­s.
Un resumen del diálogo telefónico:
¿Por quĂ© es importante este acuerdo entre el gobierno colombiano y las FARC?
Colombia es el Ăşnico paĂ­s del continente americano que todavĂ­a tiene un conflicto armado, una guerra civil por razones polĂ­ticas, que ha dejado más de seis millones de colombianos desplazados y sumidos en la pobreza, cerca de 300.000 asesinados, 35.000 secuestrados…
Es una noticia histĂłrica para Colombia que por primera vez lleguemos a un acuerdo para el desarme, la desmovilizaciĂłn y la desapariciĂłn de las FARC como organizaciĂłn armada criminal, y su reincorporaciĂłn a la vida polĂ­tica.
Santos y LondoñoImage copyrightAP
Image captionEl presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, firmaron en Cuba el histórico acuerdo de desarme.
Si sale todo bien, en el mejor escenario posible, ¿es realmente el fin de la violencia para Colombia?
Es el fin de la violencia con las FARC, que sin dudas ha sido parte central de la violencia contra los colombianos.
Colombia ha hecho otros nueve procesos de paz en el pasado con guerrillas, milicias y grupos paramilitares. Y la evidencia de varios estudios, no sólo el mío, indica que siempre nos fue mejor. Bajó la violencia, los homicidios, secuestros, las masacres después de cada proceso de paz parcial.
De manera que en este proceso esperamos lo mismo. No es que Colombia va a pasar a ser un paraĂ­so. Va a seguir teniendo problemas de seguridad serios, riesgos de violencia serios, pero no atados a un conflicto armado donde a la gente se le asesina por las ideas que profesa o se le secuestra por la riqueza que tiene.
Pero no hace falta ir a Colombia para saber que es un paĂ­s violento más allá del problema de las FARC. Es una violencia que posiblemente persista. ¿No lo ve asĂ­?
No, Colombia no es un país violento. Me da mucha pena corregirlo, pero aquí no es que tenemos un gen de violencia, ni que somos unos bárbaros. No.
Colombia tiene dificultades. No tiene Estado en la mitad de su territorio. Y tiene a un tercio de su poblaciĂłn excluida de opciones laborales legĂ­timas, de economĂ­as legĂ­timas. Y sin dudas esos desafĂ­os estructurales los vamos a seguir teniendo.
Es obvio que la violencia de las FARC es una parte de las violencias de Colombia. Pero le quiero recordar que hace apenas 15 años Colombia tenía 90 homicidios por cada 100.000 habitantes y hoy tiene 23. De manera que el progreso ha sido notable.
JĂşbilo en Colombia por el anuncioImage copyrightAP
Image captionVarias personas en Bogotá, Colombia, celebraron conmovidas el anuncio del cese al fuego que ha causado miles de muertes en cinco décadas.
Es un gran logro que la tasa de homicidios haya bajado a 23 cada 100.000habitantes. Pero de todos modos sigue siendo altísima para estándares internacionales.
No tan altísima. Está hoy por debajo del promedio de América Latina, que es la región desafortunadamente más violenta del mundo.
Pero en los paĂ­ses de Europa, por ejemplo, podemos ver tasas menores a cuatro…
Claro, pero no nos puede comparar con Europa. No tenemos el nivel de desarrollo econĂłmico. Subestimar y desconocer el progreso que ha tenido Colombia en lo econĂłmico y en seguridad no tiene sentido.
En particular, la violencia de las FARC es rural, afecta a un tercio de la poblaciĂłn.
Llevamos un año de cese al fugo unilateral. Esa decisión de las FARC redujo 90% las acciones armadas en Colombia contra la población civil. Con el cese bilateral y definitivo esperamos, primero, que ese logro no se pierda y, segundo, que se consoliden otros.
De los 23 homicidios cada 100.000 habitantes, ¿cuántos son atribuibles a las FARC?
En la Colombia de hoy el conflicto armado tal vez no represente más de 20 por ciento de los homicidios totales.
Pero no por eso reducirlos no es una gran noticia.
Senadora Claudia LĂłpezImage copyrightPRENSA SENADORA
Image captionLa senadora LĂłpez ha seguido de cerca el proceso de negociaciones que el gobierno sigue desde 2012 con la guerrilla de las FARC.
De todos modos, volvemos a la pregunta: ¿hasta quĂ© punto esto garantiza por ejemplo que los grupos criminales que operan en las ciudades de Colombia dejen de actuar? ¿Hasta quĂ© punto garantiza la paz?
La pregunta carece de lógica, con todo respeto. No veo por qué hacer un acuerdo con las FARC tiene que garantizar que otros grupos criminales no cometan violencia. Lo que debe garantizar es que las FARC no cometan más violencia.
Eso va a tener un efecto positivo en la capacidad del Estado para combatir otros grupos criminales y otras violencias. Colombia se gasta tres puntos y medio de toda su riqueza en mantener su fuerza pĂşblica. Y dos de cada tres soldados profesionales se dedican a cuidar infraestructura para que no la vuele la guerrilla.
Entonces, si desarmamos a las FARC vamos a poder usar dos de cada tres soldados contra otros grupos criminales. Y lo mismo pasa con la mitad de nuestra policĂ­a.
Pero mientras para los campesinos plantar coca sea mucho más redituable que otro cultivo y para una organizaciĂłn criminal siga siendo un negocio multimillonario exportar la droga que se produce, es difĂ­cil ver cĂłmo podrá disminuir la violencia que eso genera…
Ese va a seguir siendo un desafĂ­o. Lo que no depende de nosotros es que la gente en Inglaterra, Europa y Estados Unidos deje de consumir droga y sus gobiernos sean eficaces para combatir eso como un problema de salud pĂşblica. Frente a eso, nada podemos hacer.
Marcha a favor de la paz en ColombiaImage copyrightREUTERS
Image captionLa violencia en Colombia ha provocado unos 300.000 muertos y 35.000 secuestros, asĂ­ como seis millones de desplazados, segĂşn la senadora LĂłpez.
Pero lo que sĂ­ depende de nosotros es construir Estado y mercado en la mitad del paĂ­s donde no lo tiene.
Además de desmovilizar a las FARC tenemos que construir carreteras, titular tierras y dar oportunidades de empleo. Si no hacemos eso, es muy difícil que por la desmovilización de las FARC simplemente desaparezca un negocio tan rentable.
La duda es si no se está creando la idea de que (el acuerdo de paz) soluciona los problemas de violencia en un paĂ­s donde la violencia pasa por muchos factores, más allá de las FARC…
Yo por lo menos no estoy vendiendo la idea. No se va a acabar la violencia; se va a acabar el conflicto armado interno de Colombia, que es una guerra civil por motivaciones polĂ­ticas.
Otras formas de violencia van a continuar. No podemos pretender que negociar con las FARC solucione todos los problemas de Colombia.
No: negociar con las FARC y desaparecer a las FARC va a solucionar uno de los problemas más serios que ha tenido Colombia. Y ese es un gran logro para este país.

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