Hace justo quince años, mientras Nueva York, Washington DC y Pennsylvania vivían los peores ataques terroristas de la historia del país, algo también transformaría para siempre la frontera entre Estados Unidos y México.
A 2,600 millas del World Trade Center, Daniel Correa, actualmente un empleado público de 35 años, dice que los ataques del 11 de septiembre de 2001 cambiaron muchas cosas de su rutina transfronteriza entre Arizona, donde hace su vida, y Sonora, donde la hace su familia. Cruza como mínimo tres veces a la semana y se queja de cómo los controles afectan su día a día.
El 9/11 sale con facilidad en las conversaciones en Améxica, la región fronteriza entre Estados Unidos y México, que concentra más de 14 millones de habitantes y discurre por 1,989 millas (3,000km) de costa a costa. Hablamos con cuatro expertos para saber si los fronterizos tienen razón:
MÁS ESPERAS PARA CRUZAR
Las puertas de entrada a Estados Unidos en la frontera sur estuvieron cerradas durante horas tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, y los cruces diarios se hicieron eternos en las semanas posteriores.
Miles de autos esperaban durante horas en los accesos desde Ciudad Juárez a El Paso. La media de cruce pasó allí de 45 minutos a tres horas en las semanas posteriores a los ataques. En San Ysidro, California, llegó a seis horas de espera.
Hace justo quince años, mientras Nueva York, Washington DC y Pennsylvania vivían los peores ataques terroristas de la historia del país, algo también transformaría para siempre la frontera entre Estados Unidos y México.
A 2,600 millas del World Trade Center, Daniel Correa, actualmente un empleado público de 35 años, dice que los ataques del 11 de septiembre de 2001 cambiaron muchas cosas de su rutina transfronteriza entre Arizona, donde hace su vida, y Sonora, donde la hace su familia. Cruza como mínimo tres veces a la semana y se queja de cómo los controles afectan su día a día.
El 9/11 sale con facilidad en las conversaciones en Améxica, la región fronteriza entre Estados Unidos y México, que concentra más de 14 millones de habitantes y discurre por 1,989 millas (3,000km) de costa a costa. Hablamos con cuatro expertos para saber si los fronterizos tienen razón:
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Las puertas de entrada a Estados Unidos en la frontera sur estuvieron cerradas durante horas tras los ataques del 11 de septiembre de 2001, y los cruces diarios se hicieron eternos en las semanas posteriores.
Miles de autos esperaban durante horas en los accesos desde Ciudad Juárez a El Paso. La media de cruce pasó allí de 45 minutos a tres horas en las semanas posteriores a los ataques. En San Ysidro, California, llegó a seis horas de espera.
fuente:http://www.univision.com/