Con 370,645 denuncias de ese tipo, esa fue la problemática nĂşmero 1 que abarrotĂł la lĂnea 311 en el 2016; vecindarios como el Lower East Side y el East Village son considerados los más ruidosos
Son las 10 de la mañana y en una calle del Lower East Side de Manhattan se escucha un concierto tierno de pájaritos. El frĂo de la ciudad parece rimar con el coro de sus cánticos, pero en cuestiĂłn de segundos todo cambia. Un hombre manejando un tractor en una obra de construcciĂłn agrega la primera nota disonante a la altura de la Segunda Avenida.
El ruido se va mezclando con la sinfonĂa de pitazos estruendosos que corren por cuenta de conductores de camiones, buses de turismo y hasta volquetas, que no quieren quedarse atrapados en medio del tráfico de la Primera Avenida con calle 1 East. Los oĂdos de los transeĂşntes ya empiezan a hacer huelga. Pero unos pasos adelante viene lo peor: un camiĂłn de limpieza de grasa de cocinas estacionado frente a un restaurante genera una especie de sonido de aspiradora de altos decibeles que hace que los timpanos quieran reventar.
“Esto es asĂ todos los dĂas, y cada vez está peor”, se queja la dominicana Mercedes Moralesmientras se tapa los oĂdos y asegura que aunque en las noches muchos de esos ruidos se apaciguan, vecinos escandalosos, mĂşsica a reventar y hasta gritos de jĂłvenes borrachos y peleas en las calles, forman el concierto más alto de la jornada.
“Esto no deberĂa llamarse Loisaida sino ruidosaida; aquĂ nunca hay paz y es como si la gente se acostumbrara a eso y a la caca de perro que hay por todo lado”, agrega la mujer, quien sigue su camino enfadada, tragándose su molestia.
Una cuadra más adelante la puertorriqueña Laurie Speer, quien vive en el vecindario hace más de 50 años, le declara la guerra a las barras y discotecas y las culpa de fomentar el ruido y quitarle el sueño.
“Yo vivo en un piso 20, y aunque me aguanto el ruido de los carros y las construcciones, alcanzo a oĂr a los muchchos gritando de borrachos”, comenta la mujer de 73 años, al tiempo que le pide a la Ciudad que controle la expansiĂłn de nuevos bares por el bien y la tranquilidad de los residentes de esa parte de la Gran Manzana.
“No deberĂan dar más licencias para acabar con esas barras y a los muchachos deberĂan obligarlos a respetar”, afirma la boricua.
Y es que el ruido en varias partes de Nueva York como el Lower East Side y el East Village se ha convertido en una problemática tan grande, que el año pasado la mayor cantidad de quejas recibidas por la lĂnea 311 fueron sobre ese tema.
Asà lo reveló la administración de Blasio, tras asegurar que de las más de 2 millones de llamadas que los neoyorquinos hicieron para reportar quejas en el 2016, un total de 370,645, fueron por ruido. Manhattan ocupó el primer lugar de los reportes, seguido por Brooklyn y en tercer lugar El Bronx.
El informe de la lĂnea 311 revelĂł que el ruido residencial y la mĂşsica y fiestas estruendosas fue objeto de las principales quejas con 145,617 denuncias, mientras que los golpes y sonidos en paredes son la segunda razĂłn, con 56,299 casos; el tercer nivel de quejas de ruido tiene que ver con mĂşsica en las calles, que el año pasado generĂł 42,319 llamadas y en el quinto lugar está el ruido de las obras de construcciĂłn, comĂşn por estos dĂas, con 28,420 denuncias.
La guatemalteca Vila López, quien vive en el Bajo Manhattan hace más de tres años, asegura que la situación de ruido ha sido tan insoportable que ya causó consecuencias en su hija Nayeli.
“A ella comenzaron a dolerle los oĂdos por tanto ruido que hay acá todos los dĂas y la tengo en tratamiento con el doctor”, comentĂł la madre, agregando que “aunque aquĂ suena todo muy alto, era peor cuando vivĂa por la Roosevelt en Queens, porque allá tanta mĂşsica a todo volume no nos dejaba ni dormir”.
La ecuatoriana MarĂa Bueno confesĂł que en asuntos de ruido cada quien elige cual aguantar.
“Yo me aguanto la mĂşsica, pero este ruido de las construcciones si es demasiado molesto; deberĂan ponerles controles”, dijo, motivando a los neoyorquinos a que llamen a quejarse a la lĂnea 311 para que a los responsables los metan en cintura y no obliguen a los demás a vivir dĂa y noche en la Ciudad que nunca duerme. “La ciudad nunca duerme, pero uno necesita estar tranquilo para poder dormir”, agregĂł.
William Reda, vocero de la lĂnea 311 asegurĂł que en Nueva York el ruido excesivo se toma con mucha seriedad y recordĂł que desde el 2007 entrĂł en vigor una ley municipal que pone frenos y sanciones a quienes fomenten el ruido.
Cualquier neoyorquino puede presentar una queja por situaciones tan cotidianas como un vecino ruidoso, mĂşsica o la televisiĂłn alta y hasta por hablar y mover o arrastrar muebles.
Los agentes de los precintos de policĂa responderán a los llamados cuando no estĂ©n manejando situaciones de emergencia, pero lo mejor es reportar la queja al 311.
El puertorriqueño JosĂ© Leandro, quien dice haber llamado a la lĂnea de atenciĂłn de la ciudad más de una docena de veces para reportar “vecinos irrespetuosos”, dijo con ironĂa que el Ăşnico sitio del Lower East Side donde hay paz, es el cementerio Marble, que queda en su vecindario.
“Allá los muertos no llaman, no porque no quieran quejarse, sino porque no pueden… esto aquĂ cada vez está más escandaloso; vamos a tener que andar con tapones”, dijo.
fuente:http://eldiariony.com/
El ruido en Nueva York en cifras
- El año pasado la lĂnea 311 reportĂł un total de 370,645 quejas
- Durante el 2015 el nĂşmero de llamadas por ruido fue de 386,151
- En el 2014 las quejas de ruido fueron de 342,496
- Con 370,645 quejas, el ruido ocupĂł en el 2016 el nĂşmero 1 en las llamadas a la lĂnea 311 , por encima incluso de quejas por mantenimiento de viviendas que fueron de 366,047, falta de agua caliente y calefacciĂłn, con 227,959, estacionamiento ilegal, con 122,479 y vĂas bloqueadas con 119,046
- En Nueva York existe la ley municipal 113, o “CĂłdigo del ruido” que entrĂł en vigor el 1 de Julio de 2007 y que penaliza a quienes comentan infracciones contra la tranquilidad.
- Si tiene quejas sobre ruido, llame al 311 y si las quejas de ruido son más serias e implican gritos o sospechas que están relacionadas con un delito, llame al 911.