La decisión de los magistrados del máximo tribunal es vista
como una derrota para los fiscales de Lava Jato.
RĂŤO DE JANEIRO. La corte suprema de Brasil ordenĂł el martes liberar a JosĂ© Dirceu, considerado un articulador de los escándalos que sacudieron al paĂs bajo los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, provocando la indignaciĂłn de los fiscales que investigan la red de sobornos en Petrobras.
Dirceu, un exguerrillero con una vida rocambolesca, de 71 años, fue detenido en agosto de 2015 y condenado en 2016 por el juez de primera instancia Sergio Moro a 32 años de cárcel por corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación para delinquir.
El Supremo Tribunal Federal (STF) acogiĂł, por tres votos a favor y dos en contra, un pedido de la defensa de Dirceu y considerĂł que la prisiĂłn solo podĂa materializarse despuĂ©s de una condena en segunda instancia, denegando razones para mantenerlo en preventiva a la espera de ese fallo.
Actualmente está detenido en Curitiba (sur), junto a otros peces gordos atrapados por la operaciĂłn Lava Jato que investiga la red de sobornos pagados por constructoras a polĂticos y partidos para obtener contratos en Petrobras.
El ex hombre fuerte del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) siempre se declarĂł inocente y atribuyĂł las acusaciones en su contra a motivos polĂticos.
En 2005, durante la primera presidencia de Lula, se vio obligado a renunciar al cargo de ministro Jefe de la Casa Civil (jefe de gobierno), al ser considerado como el cerebro del sistema del “mensalao”, o mesadas pagadas para comprar la alianza de legisladores de otros partidos.
Una liberaciĂłn “incoherente”
La decisión de los magistrados del máximo tribunal es vista como una derrota para los fiscales de Lava Jato.
El procurador a cargo del caso en Curitiba, Deltan Dallagnol, criticĂł en un comunicado “la incoherente liberaciĂłn de JosĂ© Dirceu por el Supremo”, contraponiendo esa decisiĂłn a otras en las que la liberaciĂłn fue denegada.
“Se dice que el tráfico de drogas genera muertes indirectas. La corrupciĂłn tambiĂ©n. Y la gran corrupciĂłn y el tráfico matan por igual”, pues esta Ăşltima “captura el poder del Estado y se disfraza con una capa de falsa legitimidad para dañar a quienes deberĂa cuidar”, escribiĂł Dallagnol.
“Me gustarĂa entender el trato diferenciado otorgado a JosĂ© Dirceu”, agregĂł.
Por la mañana, Dallagnol habĂa presentado una nueva denuncia contra el dirigente, relacionada con el lavado de centenares de miles de dĂłlares entre 2011 y 2014. AdvirtiĂł además que “la libertad del inculpado conllevarĂa serios riesgos para la sociedad por la gravedad de sus crĂmenes, su reiteraciĂłn delictiva y la influencia del imputado en el ambiente polĂtico”.
El fallo desencadenó igualmente una ola de indignación en las redes sociales, y en particular en movimientos que en 2015 se manifestaron en nombre de la lucha contra la corrupción y reclamando la salida de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff, destituida el año pasado por el Congreso.
“Estamos enfurecidos (...). VergĂĽenza para la justicia brasileña”, afirmĂł una militante en un video colgado del sitio del movimiento movimiento Vem Pra Rua (VPR).
Una vida a capa y espada
“ZĂ©” Dirceu, nacido en el estado de Minas Gerais en marzo de 1946, se iniciĂł en polĂtica en Sao Paulo como lĂder estudiantil durante el rĂ©gimen militar (1964-1985).
En 1968 fue detenido durante un congreso de estudiantes y liberado en 1969 con un grupo de presos polĂticos canjeados por el embajador estadounidense Charles Elbrick, secuestrado por un comando izquierdista.
ViajĂł a Cuba, donde recibiĂł entrenamiento guerrillero, aunque asegura que no se implicĂł en la lucha armada.
En 1974 volviĂł a Brasil, con una cirugĂa estĂ©tica para vivir en la clandestinidad. “AprendĂ a andar diferente, a usar otras palabras. (...) Me convencĂ de que era otra persona”, contĂł a la revista PiauĂ.
Se fue a vivir a un pequeño pueblo del sur, en el estado de Paraná, donde se casĂł con una vecina del lugar, quien años despuĂ©s confesarĂa que solo al tener su primer hijo se enterĂł que su marido, “Carlos Henrique Gouveia de Melo”, propietario de una tienda de ropa masculina, era en realidad el dirigente izquierdista clandestino JosĂ© Dirceu.
La fulminante ascensiĂłn de “ZĂ©” Dirceu comenzĂł en 1995, cuando asumiĂł la presidencia del partido de Lula y lo condujo a la moderaciĂłn con un programa que ya no repudiaba al FMI ni el pago de la deuda externa. Esos pasos permitieron al todavĂa lĂder sindical vencer los temores de los mercados ante su llegada al poder.
Ganadas las elecciones de octubre de 2002, Lula lo llevĂł al gobierno y le dio su principal ministerio.
LlegĂł a ser mencionado como posible sucesor del expresidente, hasta que estallĂł el escándalo del “mensalao”.
Tras salir del poder, Dirceu se convirtiĂł en un exitoso consultor de empresas y de polĂticos nacionales y extranjeros.
por Jorge SVARTZMAN
fuente .diariolibre.com