PARIS.- La OrganizaciĂłn de las Naciones Unidas para la EducaciĂłn, la Ciencia y la Cultura (Unesco) denunciĂł este viernes que una de cada cinco mujeres periodistas que recibiĂł amenazas en internet tambiĂ©n padeciĂł ataques en la vida real, sobre todo en el caso de las árabes.Los mensajes misĂłginos estaban vinculados a su labor en coberturas sobre temas relacionados con los derechos de las mujeres, como la legalizaciĂłn del aborto, explica a Efe el jefe de la secciĂłn de libertad de expresiĂłn y seguridad periodĂstica de la Unesco, Guilherme Canela.
Esta conclusiĂłn se extrae del estudio “The Chilling: Tendencias mundiales de la violencia en lĂnea contra las mujeres periodistas”, segĂşn el cual la etnia juega un factor de peso: un 64 % de las reporteras blancas encuestadas dijeron haber sido atacadas online, frente al 86 % de las indĂgenas y al 81 % de las negras.
Lo mismo sucede con la orientaciĂłn sexual, ya que el 72 % de mujeres heterosexuales indicaron que habĂan sido atacadas en internet, mientras que las tasas de quienes se identificaban como lesbianas (88 %) y bisexuales (85 %) eran más altas.
El informe, el primero de este tipo y elaborado por el Centro Internacional de Periodismo (ICFJ), se basa en una encuesta a 901 periodistas de 125 paĂses y concluye que las reporteras árabes tienen más posibilidades de que la amenaza en las redes se traduzca en un ataque de verdad.
Más de la mitad (53 %) de quienes se identificaron como árabes y dijeron que habĂan experimentado ataques creen que fueron sembrados en internet, en comparaciĂłn con el 11 % entre las mujeres blancas y el 20% en general.
“Las periodistas encuestadas dijeron que son ataques coordinados por intereses de los poderosos”, desde el crimen organizado hasta lĂderes polĂticos, precisa Canela en la entrevista.
IMPACTOS EN LA SALUD MENTAL
El análisis concluye que los impactos en la salud mental fueron la consecuencia más frecuente de los ataques en lĂnea (26 %), hasta el punto de que algunas profesionales buscaron atenciĂłn mĂ©dica o ayuda psicolĂłgica.
Además, el 30 % de vĂctimas decidieron “autocensurarse”, minimizando sus coberturas, cambiando de temas o evitando hablar de asuntos que llevaron a propiciar esas ofensas.
Otra conclusiĂłn es que solo el 11 % de las periodistas encuestadas informaron de sus casos de violencia virtual a las autoridades policiales y que un escaso 8 % emprendiĂł acciones legales.
Y a pesar de los avances realizados por los medios de comunicación en los últimos años, solo una de cada cuatro periodistas informaron de estos ataques a su empresa y el 10 % de estas se encontraron con el silencio de sus responsables cuando dieron el aviso.
Canela estimĂł que urge “crear un sistema de apoyo a las mujeres que sufran estos ataques para que, efectivamente, puedan llevar adelante las denuncias”.
LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN, EN JAQUE
“En muchas redacciones los jefes son hombres y es muy importante que ellos no minimicen estos problemas, porque son un ataque individual a cada una de estas mujeres, pero tambiĂ©n son un ataque colectivo a la libertad de expresiĂłn”, añadiĂł.
El informe tambiĂ©n reĂşne dos estudios sobre más de 2,5 millones de mensajes en Facebook y Twitter dirigidos a la británica Carole Cadwalladr y la filipina Maria Ressa, ambas objeto de vejaciones por ejercer un periodismo crĂtico en sus respectivos paĂses.
Ressa, galardonada este mes con el Premio Mundial de Libertad de Prensa Unesco/Guillermo Cano 2021, recibió amenazas de muerte, de violación y ataques con tintes racistas, sexistas y misóginos en forma de texto e imágenes.
Gran parte de esos abusos fueron alimentados por declaraciones de polĂticos, personas influyentes en las redes y blogueros partidistas del Gobierno del filipino Rodrigo Duterte, mientras que en el caso de la británica estuvieron motivados por sus artĂculos sobre la elecciĂłn del expresidente estadounidense Donald Trump y sobre las irregularidades de la campaña a favor del Brexit.
Por casos como estos, la Unesco pide transparencia a las redes sociales para saber cĂłmo gestionan los mensajes vejatorios, asĂ como el papel de los algoritmos y la moderaciĂłn de contenidos con el objetivo de aumentar la rendiciĂłn de cuentas de las plataformas digitales.
fuente elnuevodiario
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