Celia Sánchez Manduley fue la mujer que más poder concentró y mayor influencia ejerció sobre él
Fidel Castro, el joven y barbudo que en 1959 bajó de Sierra Maestra y encabezó una revolución que conmovió al mundo, ha fallecido a la edad de 90 años, tras una enfermedad larga que le apartó del poder durante diez años.
Es muy difĂcil encontrar referencias a su vida personal en las numerosas y largas entrevistas que ha concedido. Una de sus citas más explĂcitas sobre el celo con el que ha protegido su intimidad está recogida en un libro del exministro sandinista Tomás Borge.
“De veras, la Ăşnica cosa que me reservo para mĂ es mi vida privada. Otra cosa no tengo, y esa es la Ăşnica que me guardo. Creo que la vida privada de una persona no debe utilizarse para la publicidad ni en polĂtica, como suele ocurrir en el mundo capitalista, toda la vida he opinado lo mismo”, dijo Castro a Borge.
Pero, pese a ser un tema “tabĂş”, los cubanos conocen algunos pasajes de la biografĂa Ăntima del hombre que llevĂł las riendas del poder en Cuba desde 1959.
Conchita Fernández, que fue durante años secretaria del lĂder cubano, recoge en el libro “La secretaria de la RepĂşblica”, una conversaciĂłn reveladora.
“¿TĂş crees que esto acabe algĂşn dĂa, que yo pueda estar en la orilla de la playa, tranquilo, sin que a nadie le importe, con una mujer, con mis hijos o mis nietos?”, le preguntĂł Castro.”Ya nunca más, Fidel”, contestĂł ella.
Eran los primeros tiempos de la Revolución, cuando Fidel Castro, con apenas 33 años, impactó con su atractiva y magnética personalidad y un poder de seducción que fascinó al público femenino.
Admirado y aclamado por las multitudes, Fidel Castro también ha sido amado por varias mujeres desde su época de estudiante universitario.
Fue entonces cuando conociĂł a su primera esposa, Mirta DĂaz-Balart, con quien se casĂł el 12 de octubre de 1948. Al año siguiente naciĂł su primogĂ©nito Fidel.

En 1954 se divorciaron y, tras el triunfo de la revoluciĂłn, en 1959, Mirta, descendiente de una acomodada familia, emigrĂł a EE. UU. y el hijo de ambos quedĂł bajo la custodia paterna.
Fidelito estudiĂł FĂsica Nuclear en la antigua URSS y estuvo al frente del programa nuclear de la isla desde 1980 hasta 1992, cuando su propio padre lo destituyĂł del cargo. DespuĂ©s, ha sido asesor del Consejo de Estado, es autor de varios libros y hubo un tiempo en que aparecĂa con cierta frecuencia en actividades pĂşblicas.
NATY REVUELTA
Tras graduarse como abogado, en 1950, y en el apogeo de sus actividades contra la dictadura de Fulgencio Batista (1933-1959), Fidel Castro conoció a Natalia (Naty) Revuelta, una atractiva dama de la alta sociedad, rubia y de grandes ojo azules, casada con un prestigioso cardiólogo, Orlando Fernández.
Naty, tambiĂ©n involucrada en la causa de la revoluciĂłn castrista, mantuvo un romance con el lĂder del que naciĂł, el 19 de marzo de 1956, su Ăşnica hija mujer, Alina, que no lleva el apellido de su padre biolĂłgico, sino el del mĂ©dico que la reconociĂł para evitar el escándalo.

Alina abandonĂł la isla en 1993 con una identidad falsa con destino a España y despuĂ©s se trasladĂł a Estados Unidos. A partir de entonces se lanzĂł a exponer pĂşblicamente sus crĂticas a Castro y su gobierno.
En un libro de memorias, Alina describe las relaciones de sus padres cuando volvieron a encontrarse, en los primeros años de la revolución, y vendió a publicaciones de España y Alemania varias cartas de Castro a Revuelta.
Alina tuvo un pleito con su tĂa Juana por algunos pasajes de ese libro que se dirimieron en los tribunales. Su madre falleciĂł el 1 de marzo de 2015, a la edad de 89 años.
Cuando tenĂa 58 años declarĂł que "todavĂa" no debe volver a Cuba, pues no quiere tener "problemas" con las autoridades de la isla, segĂşn confiesa en una entrevista con EFE en la que revela "mucha pena" por no poder ver a su madre y define a su padre como un hombre de una elevada "crueldad". Alina Fernández vive exiliada en Miami, muy cerca de la Pequeña Habana, justo al lado de la calle 8, en una sencilla residencia donde comparte recuerdos y muestra fotografĂas en las que está abrazada a su padre, vestida de novia, de blanco, junto a un sonriente Fidel Castro con uniforme militar verde oliva. EscapĂł de Cuba a los 38 años, en 1993, y a pesar del tiempo transcurrido y de que las normas para viajar a la isla se han relajado bastante, la hija de Fidel Castro cree que su regreso a Cuba podrĂa ser inconveniente.
CELIA
Celia Sánchez Manduley (1920-1980), hija de un reconocido médico de la provincia oriental de Manzanillo, fue la inseparable compañera y colaboradora más cercana de Castro, y la mujer que más poder concentró y mayor influencia ejerció sobre él.
Fue una de las más activas organizadoras de la insurrección armada contra el gobierno de Batista y conoció a Castro tres meses después de su alzamiento en la Sierra Maestra.
Sánchez, considerada una mujer inteligente, competente y sensible por personas que la conocieron bien, se sumó al grupo de mujeres combatientes del Ejército Rebelde, y se convirtió en la mujer que gozó de la confianza total y absoluta del jefe guerrillero.
Aunque su nombre y su figura aparecĂan escasamente en la prensa, Celia Sánchez fue su secretaria, quien se ocupaba personalmente de los más mĂnimos detalles de su vida diaria.
Sin duda, además de imponer orden en la agitada vida de su jefe, ella, segĂşn sus colaboradores, influyĂł en algunas de sus decisiones. Muchas personas vieron a Celia Sánchez una figura virtualmente ausente de la nomenclatura oficial cubana: la “Primera Dama”.

Durante años, fue la secretaria ejecutiva del Consejo de Ministros y por su iniciativa se crearon la oficina de Asuntos Históricos del Consejo de Estado y se realizaron numerosas obras sociales y culturales.
Se dice que su muerte, a causa de un cáncer pulmonar, el 11 de enero de 1980, marcĂł fuertemente a Fidel Castro y le dejĂł un gran vacĂo.
AMORES FUGACES
Además, a Castro se le atribuye un fugaz noviazgo con la mexicana de origen español Isabel Custodio y un romance con la alemana Marita Lorenz.
Durante su exilio en MĂ©xico (1955-1956) y en medio de los preparativos de la expediciĂłn del yate “Granma” (1956), Fidel Castro conociĂł a Isabel Custodio, hija de refugiados españoles.
Custodio habla de su noviazgo con el lĂder cubano en el libro “El amor me absolverá” e indica que la relaciĂłn durĂł nueve meses. En una entrevista con Efe explicĂł que su primer encuentro con Castro “fue un flechazo” y que renunciĂł a su propuesta matrimonial pocos dĂas antes de que Ă©l regresara a la isla, en 1956.
Años despuĂ©s, en 1959, la joven alemana Marita Lorenz, vivirĂa un romance con el joven comandante, segĂşn narra ella misma en el documental “Querido Fidel”.
La historia terminó mal. Según la versión de Marita, ella perdió el hijo que esperaba de Fidel y abandonó la isla. Pero su relación estuvo también relacionada con la CIA estadounidense, quienes la reclutaron para envenenar a Fidel. Pero, según relató, el amor pudo más que las intrigas.
DALIA, LA SEÑORA DE CASTRO

La discreta presencia de Dalia Soto del Valle comenzó a ser advertida por el lente de algunos fotógrafos de la prensa extranjera en actos públicos hace apenas unos años.
Dalia Soto del Valle, desciende de una conocida familia de la clase media-alta de Trinidad, es maestra de profesión y, según algunas versiones, su relación con Castro data de hace más de 40 años.
Dalia es rubia, de ojos verdes y se deja ver de vez en cuando en pĂşblico junto a algunos de sus hijos, aunque nunca al lado de Fidel Castro.
A pesar del hermetismo que rodea a esta relación, algunas versiones apuntan que Dalia y Fidel se conocieron durante la campaña de alfabetización de principios de los años 60. La pareja tiene cinco hijos varones cuyos nombres comienzan con A: Alexis, Alex, Alejandro, Antonio y Angel.
Además, se dice que Castro tiene otro hijo, Jorge Angel, nacido de una relación extramatrimonial.
Ninguno de sus ochos hijos se ha dedicado a la polĂtica.
Por Raquel Martori.
EFE-REPORTAJES.
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