César Medina, en su afán de defender a su jefe inmediato, el señor canciller Miguel Vargas, obligado estuvo a defender también a Hipólito Mejía en cuanto a los contratos de Odebrecht cuando esta empresa viniera al país en la gestión del ex presidente Mejía. A continuación el más reciente artículo del mencionado comunicador referente a Odebrecht, Miguel Vargas e Hipólito Mejía. Escribió César Medina.
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Por César Medina –Detrás de Cámara-.
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Por César Medina –Detrás de Cámara-.
Cuando Hipólito Mejía, siendo Presidente de la República, trajo a Odebrecht al país en el año 2001, Miguel Vargas era ministro de Obras Públicas y son inenarrables las presiones que recibió para que le otorgara a la firma brasileña los contratos de 17 pasos a desnivel y un túnel que comunicaría a Sans Souci con la avenida del Puerto, atravesando el río Ozama, obras diseñadas y programadas por el Gobierno para su ejecución.
Vargas lo admite hoy con absoluta sinceridad: Hipólito respetó su decisión y no lo obligó a firmar esos contratos –sobrevaluados entre un 60 y un 90 por ciento de su costo real–, pero las obras nunca se hicieron, y algunas de ellas las asumió luego el gobierno de Leonel Fernández, sobre todo los pasos a desnivel que modificaron la infraestructura vial de Santo Domingo.
Durante los primeros tres años que Odebrecht operó en el país, Obras Públicas no suscribió un solo contrato con esa firma constructora precisamente porque en todas las obras en que quiso participar, sus propuestas de precios sobrepasaban por mucho no sólo los presupuestos técnicos, sino también lo razonablemente justo que se supone en cualquier cálculo de costos en el 10 por ciento de imprevistos.
Frente a Odebrecht, Vargas pagaría muy cara esa “afrenta imperdonable”.
Esa es también una de las razones por las que el ingeniero Pedro Delgado Malagón y su empresa Tecnoamérica –la más acreditada firma de supervisión de Infraestructuras en el país–, se negaron a vincularse a los brasileños a pesar de toda su influencia y poder económico incuantificable. Conocedor al fin de esas interioridades técnicas, Pedritín sospechó siempre que era asunto de tiempo para que el escándalo Odebrecht explotara…
¡Y, en efecto, cuando explotó asperjó caca a diestra y siniestra!
A ninguno de los dos
Por eso resulta perverso mencionar a Miguel Vargas y a Pedritín en un festín que ellos siempre se negaron a participar y que al final indigestó a los comensales. Por su propia naturaleza, Pedritín lo pasa por alto porque sus intereses políticos son otros.
Por eso resulta perverso mencionar a Miguel Vargas y a Pedritín en un festín que ellos siempre se negaron a participar y que al final indigestó a los comensales. Por su propia naturaleza, Pedritín lo pasa por alto porque sus intereses políticos son otros.
Pero a ambos se ha intentado arrastrar al fangal por calumniadores profesionales que han tenido que tragarse sus propias palabras por la actitud firme que –en por lo menos un caso, el de Miguel–, ha exigido aclaración a los propietarios de medios de comunicación que suelen hacerse los chivos locos frente a las calumnias de sus asalariados.
Los dueños de los medios emplazados han actuado en obediencia a lo que dispone la ley ordenándoles a sus comunicadores que corrijan sus denuncias y se desdigan públicamente. Vargas está firme en su decisión de no dejarse chantajear por los mismos enemigos gratuitos que por años han propalado mentiras para mellar su imagen. Está resuelto a dirimir cada caso en la Justicia, si fuera necesario.
Odebrecht lo afectó
Con recursos de Odebrecht se financió la campaña de 2008, que afectó a Vargas; la de 2010, donde se hizo un trabajo de pinza para que el PRD no sacara un solo Senador a pesar de haber sido el partido más votado y ganar la casilla número uno en la boleta electoral, y también en la lucha interna que lo despojó de la candidatura de 2012.
Con recursos de Odebrecht se financió la campaña de 2008, que afectó a Vargas; la de 2010, donde se hizo un trabajo de pinza para que el PRD no sacara un solo Senador a pesar de haber sido el partido más votado y ganar la casilla número uno en la boleta electoral, y también en la lucha interna que lo despojó de la candidatura de 2012.
Es decir, Miguel Vargas antes que beneficiario fue una víctima de Odebrecht desde el año 2004 cuando el PLD volvió al poder y se incrementó la lucha interna del PRD. Y eso quienes mejor lo saben son Víctor Díaz Rúa, Hipólito y Ángel Rondón. Fuente. Periódico Listín Diario. República Dominicana.
fuente alcarrizosdigital.net/