Michel Temer siempre fue un corredor de fondo en los envenenados pasillos del poder brasileño, desde donde emergió hace un año para desbancar a su compañera Dilma Rousseff. Y aunque su mandato está siendo convulso, el veterano estratega sabe cómo sobrevivir en el abismo.
Lo lleva haciendo desde que hace tres décadas desembarcó en Brasilia.
La Ăşltima demostraciĂłn llegĂł este viernes, cuando los jueces del Tribunal Superior Electoral (TSE) salvaron su mandato por una ajustada mayorĂa 4-3, en contra del parecer del relator, que afirmĂł que el sistema de sobornos descubierto en la campaña de reelecciĂłn de Rousseff y Temer en 2014 alcanzarĂa para "anular" esos comicios.
No es la primera vez que lo consigue desde que el 17 de mayo la revelaciĂłn de una comprometedora grabaciĂłn -en la que parecĂa dar su aval para la compra del silencio del poderoso expresidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, ahora preso- empujĂł a su gobierno a la cornisa.
"No renunciaré. Repito, no renunciaré", proclamó después de que el Supremo Tribunal Federal (STF) decidiera investigarle.Y no se ha ido. Pero en aquella velada, registrada en el grabador de uno de los dueños del gigante cárnico JBS, para muchos empezó el fin de un mandato que nunca se despojó de las convulsiones de su nacimiento, en pleno frenesà del impeachment de Rousseff.
Miles de brasileños se manifestaron desde entonces para pedir su salida, al tiempo que una veintena de pedidos de impeachment se agolpaban en el Congreso y el crucial PSDB se planteaba abandonar su gobierno.
Pero, una vez más, ganó tiempo.
Pero, una vez más, ganó tiempo.
Entre bambalinas
La carrera polĂtica del conservador Michel Temer dio su gran vuelco hace poco más de un año cuando, tras más de cinco como vicepresidente de la izquierdista Rousseff, tomĂł las riendas de Brasil tras la suspensiĂłn, y luego la destituciĂłn definitiva, de su excompañera de fĂłrmula.
Discreto organizador entre bastidores, supo abandonar a tiempo el barco de la mandataria, de quien ya se habĂa desmarcado meses antes reprochándole que le tratara como un "vicepresidente decorativo". Él querĂa más.
Rousseff le acusa de haber orquestado un "golpe parlamentario" junto a Cunha, apodado el "Frank Underwood de la polĂtica brasileña", en referencia al maquiavĂ©lico protagonista de la serie "House of Cards".
Aunque solo Temer sigue ahora en pie.
Escudado en su aire glacial y gestos contenidos, el presidente ha gobernado impermeable a las crĂticas de quienes cuestionan su legitimidad o la dureza de sus ajustes, confiado en su capacidad de gerente.
Pragmático y con el apoyo de los mercados, siempre ha pensado que el Ă©xito de sus polĂ©micas reformas le permitirá pasar a la posteridad como el presidente que sacĂł a Brasil de la peor recesiĂłn de su historia, dejando en segundo plano sus Ănfimos Ăndices de popularidad.
"Este gobierno consiguiĂł hacer muchas cosas en sĂłlo un año", reivindicĂł en la vĂspera del juicio en el TSE.
Pero la mejora de las cifras, incluyendo el primer crecimiento del PIB tras ocho trimestres de contracciĂłn, no ha sido suficiente para conectar con la poblaciĂłn a este polĂtico que apenas habĂa salido de la sala de máquinas del poder.
"Dicen que tengo que cambiar mis maneras, que soy demasiado ceremonioso. ¿Pero cĂłmo? Siento envidia de quien hace bromas. Yo no sĂ© hacer eso", confesĂł a la revista PiauĂ en 2010.
"AnĂłnima intimidad"
Michel Miguel Elias Temer Lulia nació en 1940 y creció en una finca del interior paulista como el menor de ocho hermanos de una familia de inmigrantes libaneses católicos, llegados a Brasil 15 años antes.
En la capital econĂłmica del paĂs se convirtiĂł en un prestigioso abogado constitucionalista e iniciĂł la carrera que lo llevĂł a ser tres veces presidente de la Cámara de Diputados durante sus seis mandatos como legislador del PMDB, partido que presidiĂł durante 15 años.
Su salto a la primera lĂnea atrajo igualmente los focos hacia su tercera esposa, Marcela, madre de su quinto hijo y 43 años menor. Esta exconcursante de certámenes de belleza, con "Michel Temer" tatuado en la nuca, fue ensalzada en un polĂ©mico perfil de la revista "Veja" como la primera dama perfecta: "Bella, recatada y de su hogar". El artĂculo no tardĂł en hacerse viral.
Amante de las letras, cuando aĂşn era vicepresidente reuniĂł los poemas que escribĂa en servilletas en el libro "AnĂłnima intimidad" (2013). Pero como se desprende de los versos de "AsintonĂa", por entonces no se avistaba la tormenta.
"No hay tragedia / A la vista. / Ni recuerdos / De tragedias pasadas. / Ni dolores en el presente. / Lamentablemente / Todo va bien / Por eso / Andan mal / Mis escritos".
fuente elespectador.com