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Cumple deseo de ser madre después de los 50

La endocrinóloga reproductiva que asistió a María destaca que tener hijos después de los 40 años ya no es tabú



La esperanza es lo último que se pierde, y María es vivo ejemplo de eso al lograr su deseo de ser madre a sus 54 años.
La edad no fue obstáculo para que esta profesional de la salud, aun con sus canas a flor de piel, tomara la determinación de ser mamá, con la ayuda de óvulos donados y fertilización in vitro (FIV).
Le llamamos María para proteger su identidad, no por sentir vergüenza por ser madre después de los 50 años, sino porque no quiere que personas mal intencionadas le digan algo a su hijo del procedimiento que atravesaron para poder tenerlo, sin que ella y su esposo se lo digan primero. Además de que, aunque ya tiene más de 15 semanas de gestación, ni su familia ni sus compañeros de trabajo saben que está a la espera de un varoncito.
La paciente relató que toda su vida se dedicó a su profesión en el campo de la medicina y a ser cuidadora de sus familiares, luego del fallecimiento de su madre. No fue hasta hace ocho años, cuando formalizó una relación con su pareja, que hablaron del deseo de ambos de ser padres.
Él, de 46 años, es divorciado, pero no tuvo hijos en su matrimonio anterior.
Hace seis años, cuando tenía 48 años, acudió a la oficina de Ponce de Rosa Ileana Cruz, especialista en endocrinología reproductiva e infertilidad. La doctora le mencionó la posibilidad de que necesitara óvulos donados, dado a que los óvulos en las mujeres mayores pueden provocar que el bebé padezca de alguna condición genética o no se fertilice con facilidad.
 No obstante, María tenía las esperanzas de salir encinta naturalmente, con la ayuda de medicamentos y tratamiento hormonal para ayudarla a ovular regularmente, dado a que ya tenía síntomas de menopausia. Y el tener que recurrir a óvulos donados le dio algo de “miedo”, confesó.
Otra alternativa era la adopción, pero relató que tiene un primo que tuvo dos malas experiencias con el proceso, por lo que no lo consideró.
   Un día vio un reportaje de una paciente de 46 años que se sometió a fertilización in vitro con óvulos donados y “se veía feliz con sus dos hijos” y eso “me abrió nuevamente la opción”.
Regresó al despacho de Cruz, quien le planteó las dos alternativas relacionadas con la donación de óvulos, dado a que puede ser anónimo o de alguien conocido.
La paciente decidió la donación anónima, y pagó la mitad del tratamiento de la mujer de 32 años que donó la mitad de los óvulos que le aspiraron para su propio proceso in vitro.
“Si se da, se da. La doctora nos envió a una psicóloga para ver la situación emocional de las parejas. Le dije que si lograba embarazarme, iba a tener un bebé y voy a cumplir mi sueño de ser mamá. Si no me embarazo, simplemente perdí dinero. El dinero se puede perder al comprar un auto y lo choques y se pierde. Pero mi deseo de ser madre iba por encima de eso”, pensó María.
De los  óvulos fecundados, le implantaron dos, pero solo se dio uno. Aún tiene dos fertilizados guardados que, de todo salir bien con este primer embarazo, no descarta pasar por el proceso nuevamente, porque “no me daría el corazón para destruirlos porque sé que hay vida ahí”. Ya tendría más de 55 años, el límite de edad establecido para no negarles servicio a las pacientes, según dijo Cruz.
Su edad no le preocupó. Si no, “no hubiese venido”. Vio reportes de mujeres mayores que ella teniendo hijos y “eso me motivó”.
Pero cuando visitó al perinatólogo, este “me sentó, y me dio una lista de A, B, C, D, E” de todas las complicaciones que podía tener, como que tenía una alta probabilidad de padecer diabetes gestacional, alta presión, preclampsia, que el feto no se desarrolle normalmente, que no llegue a completar el término de las 40 semanas de gestación, que le induzcan el parto y que termine teniendo la criatura mediante cesárea, entre otras.
 “Pensé, ¿en qué me he metido? Uno sale con miedo. Me asusté porque aunque son cosas que conozco, pero no es lo mismo que enfrenten a uno y te digan, esta es tu realidad, que por tu edad, esto es lo que puede pasar”, reconoció María.
Cuando fue a su ginecóloga obstetra, le indicó que, en efecto, tiene unos riesgos por su edad, pero “me dijo: ‘tú llevas una vida saludable, no tienes diabetes ni problemas del corazón, no bebes, no fumas, no usas drogas, no tienes cirugías previas ni historial de endometriosis, cuando tengo pacientes de 30 años que fuman, que beben, que tienen enfermedades de transmisión sexual, y tienen igual o más riesgo que tú’”.
Eso la tranquilizó y ahora está en espera de su bebé, que se supone llegue al mundo el 21 de junio.
Ya sabe que es varón. Su esposo quería nena, pero “lo más importante es que nazca bien”.
 “Todo ha sido tan rápido que todavía estoy tan envuelta en el diario vivir, que yo creo que si no fuera por las náuseas, ni me acordaba que estoy embarazada”, dijo María.
La especialista señaló que hace 15 años tuvo su primera paciente de 55 años, cuando hubo lo que llama el “síndrome” de la mentalista Anita Cassandra, cuando ella tuvo gemelos. Ahora es la moda nuevamente con el caso de la cantante Janet Jackson, quien tuvo su primer bebé a los 50 años.
“Hay un proceso, unos protocolos. Se complica, pero se puede hacer. Ven casos como el de Anita Cassandra y el de Janet Jackson y dicen, ‘¿por qué yo no?’”, manifestó Cruz.
  Una de las consideraciones es la expectativa de vida de la paciente, para que “no dejemos niños huérfanos a temprana edad y ya sea un adulto independiente”.
En cuanto al tabú por la edad, Cruz opinó que “se está rompiendo ese mito, ya estamos en otra dimensión y no podemos tener esa mentalidad”.
“Antes había esa mentalidad de que llegaba una mujer de 35 años embarazada y era un insulto. Pensaban, a quién se le ocurre. Era hasta ofensivo. Hoy día una mujer de 35 embarazada es lo usual. Antes tener 50 años era viejo, ahora no. Hay varones de 70 y 80 años que son papás. Se casan con jóvenes de 32 años. ¿Le vas a negar la oportunidad a la muchacha? Si fuese al revés, no sería aceptable. No se le debe negar su derecho reproductivo porque su esposo tenga 70 años”, destacó Cruz.
El costo de la fertilización in vitro es de aproximadamente $7,000, más el costo de la donación de óvulos, que ronda  los $3,000 si es anónimo. Si es de alguien conocido, no hay que pagar remuneración.
En cuanto a cuestionamientos de algunos en cuanto al “crear” vida, la doctora aclaró que “no creamos”.
“La creación   es relativo solamente a Dios. Nosotros no creamos absolutamente nada. Los espermatozoides están ahí. Los óvulos están ahí”, dijo.
fuente:http://www.elnuevodia.com/

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