Buenos Aires, 27 oct (EFE/Irene Valiente).- La violencia machista golpea fuertemente a Argentina, donde cada 30 horas una mujer es asesinada por el simple hecho de serlo. Esta situaciĂłn ha llevado a movilizarse cada vez más a menudo a una sociedad tocada por los salvajes feminicidios ocurridos durante los Ăşltimos dĂas en el paĂs.
Este domingo un hombre fue detenido tras matar a su pareja, su cuñada y su suegra en la provincia de Mendoza (oeste), donde apenas 24 horas más tarde, otra joven fue desfigurada a golpes por su expareja.
Los hechos se produjeron cuatro dĂas despuĂ©s de que en varias ciudades del paĂs miles de personas gritaran “basta” contra una lacra que solo este año ha acabado con la vida de unas 230 mujeres en Argentina, segĂşn cálculos de entidades sociales.
El detonante del llamado “MiĂ©rcoles negro”, replicado en varios paĂses de Europa y LatinoamĂ©rica, fue el salvaje asesinato de LucĂa PĂ©rez, de 16 años, que fue violada y empalada en la ciudad de Mar del Plata el 8 de octubre.
“El promedio sigue dando una mujer cada 30 horas asesinada por violencia de gĂ©nero” y más de 200 cada año, dice a Efe Ada Rico, directora de la Casa del Encuentro, una ONG que difunde estadĂsticas de feminicidios desde 2008.
La activista destaca que lo que sĂ ha aumentado es la “conciencia social” y la “visibilidad” de esta problemática, gracias a un mayor compromiso de los medios de comunicaciĂłn y del Estado.
“Las mujeres mueren por abortos clandestinos o quedan imposibilitadas de tener más niños” y, además, no se les permite “elegir sobre su propio cuerpo”, por lo que la prohibiciĂłn del derecho a abortar es tambiĂ©n “una forma de violencia”.
A su vez, las concentraciones reflejan el hartazgo de una sociedad que se moviliza de forma más activa y frecuente desde el 3 de junio de 2015, cuando una iniciativa de un grupo de periodistas y activistas denominada #NiUnaMenos congregó a miles de personas en la plaza del Congreso argentino.
La magnitud de la manifestación fue tal que se repitió este año y es ya un movimiento que aglutina a numerosas organizaciones sociales y ciudadanos de todas las edades.
“Es una movilizaciĂłn que pertenece a toda la sociedad” y que no tiene “banderas polĂticas”, algo que ayuda a “tomar conciencia y acompañar a las familias que están pidiendo justicia por un feminicidio”, señala Rico.
Para ella, es “imprescindible” un sistema educativo que construya una sociedad más igualitaria y acabe con un sistema “patriarcal milenario”, asĂ como leyes y programas de prevenciĂłn que faciliten el cambio cultural para que los varones dejen de considerar que las mujeres son “un objeto de su pertenencia con el cual pueden hacer lo que deseen”.
Impulsado por los reclamos de numerosas organizaciones sociales, en 2010 el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015) aprobĂł una ley de violencia contra la mujer que incluĂa un plan para prevenirla, sancionarla y erradicarla, que no llegĂł a implementarse.
Finalmente, en julio de este año, ya bajo el mandato de Mauricio Macri, se presentĂł dicha medida, que aunque segĂşn Rico contempla “todos los mecanismos para prevenir la violencia de gĂ©nero”, todavĂa es muy reciente y solo si se logra que cada provincia lo cumpla, empezarán a reducirse las agresiones.
El plan tambiĂ©n incluye la obligaciĂłn de realizar estadĂsticas oficiales tanto de feminicidios como del grado de seguimiento de las denuncias, un reclamo histĂłrico de la Casa del Encuentro, que hasta este año era la Ăşnica fuente de dichas cifras a falta de investigaciones oficiales.
Fabiana Túñez, presidenta del Consejo Nacional de las Mujeres (CNM), que depende de Presidencia argentina, considera que esta medida era “una deuda” con las mujeres y permitirá trabajar “multisectorialmente” contra la violencia.
Como Rico, cree que la educaciĂłn en Argentina no tiene una mirada de gĂ©nero y por eso ve necesaria una profunda reforma que la incluya desde los primeros años de colegio para erradicar asĂ el “origen” del machismo.
En cuanto a la justicia, considerada la otra prioridad, la titular del CNM asegura que se busca implementar la gratuidad del proceso para las vĂctimas, asĂ como la capacitaciĂłn especĂfica de todos los miembros del sistema judicial.
Para Rico, esto Ăşltimo es fundamental porque muchos expedientes no están caratulados como violencia machista, lo que impide que los agresores sean juzgados con ese “agravante”, como ocurriĂł con el brutal caso de la joven PĂ©rez.
SegĂşn la activista, otros grandes temas pendientes en Argentina son la lucha contra los “micromachismos” que viven las mujeres diariamente, como cuando son “cosificadas” mediante los “mal llamados piropos”, y el debate parlamentario del aborto, ilegal en Argentina salvo para casos en que la salud de la madre está en peligro o si el embarazo es fruto de una violaciĂłn.
“Las mujeres mueren por abortos clandestinos o quedan imposibilitadas de tener más niños” y, además, no se les permite “elegir sobre su propio cuerpo”, por lo que la prohibiciĂłn del derecho a abortar es tambiĂ©n “una forma de violencia”. EFE
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