Entre ellos hay dos antiguos detenidos por sus conexiones yihadistas, de los que uno llegó a combatir en las filas del llamado Estado Islámico en Irak y Siria, antes de volver a su país.
Otro de los detenidos hoy es un individuo expulsado desde Bélgica en 2014, tras haber cumplido en ese país una condena por asesinato y tráfico de drogas.
A esta célula se le atribuye el secuestro de una persona en Tánger y el robo de su automóvil, que pensaban vender en Uxda, antes de ser detenidos por la policía.
Según el ministerio, los antecedentes de estos cuatro individuos demuestran "los estrechos vínculos entre las organizaciones terroristas y las redes de crimen organizado, que constituyen una de las principales fuentes de financiación terrorista".
Las detenciones y desmantelamientos de supuestos comandos yihadistas son relativamente frecuentes en Marruecos, dentro de lo que el Estado llama una "política preventiva" que ha permitido que en el país no se produzcan atentados desde 2011, aunque eso haya llevado a prisión a cientos de personas sin pruebas concluyentes, según denuncian organizaciones pro derechos humanos. EFE
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