Los actos en favor del que fue faro de la izquierda latinoamericana se repitieron en ciudades de al menos diez de los 27 estados federativos, incluyendo Brasilia, RĂo de Janeiro y Sao Paulo.
SAO PAULO. El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, condenado a nueve años y medio de prisiĂłn por corrupciĂłn, recibiĂł hoy el apoyo de su militancia en las principales ciudades del paĂs, mientras la Justicia avanzaba con nuevos bloqueos sobre sus bienes y un interrogatorio para septiembre.
Las protestas, secundadas por cientos de brasileños, fueron convocadas por el Partido de los Trabajadores (PT), en cuya fundación participó Lula en 1980, asà como por sindicatos y movimientos sociales de corte progresista.
Los manifestantes repudiaron la sentencia en primera instancia contra el polĂtico dictaminada por el juez federal Sergio Moro, quien hallĂł al exmandatario culpable de corrupciĂłn pasiva y lavado de dinero por haberse beneficiado supuestamente de la trama corrupta que desviĂł fondos millonarios de la estatal Petrobras.
Los actos en favor del que fue faro de la izquierda latinoamericana se repitieron en ciudades de al menos diez de los 27 estados federativos, incluyendo Brasilia, RĂo de Janeiro y Sao Paulo.
El más numeroso tuvo lugar en la capital paulista, la mayor ciudad de Brasil, donde militantes desplegaron una enorme pancarta que rezaba: “Elecciones sin Lula es fraude”.
El futuro polĂtico de Lula, que ha manifestado con contundencia su deseo de ser candidato en las elecciones presidenciales del prĂłximo año, depende de un tribunal de segunda instancia, el cual, en caso de ratificar la condena, perderĂa sus derechos polĂticos y por tanto, no podrĂa participar en esos comicios.
“Tengo la obsesiĂłn de volver, quiero volver para probar que es posible recuperar este paĂs”, afirmĂł hoy el ex jefe de Estado (2003-2010) en una entrevista.
En esa charla, Lula asegurĂł que “sufre” una “masacre diaria” como “nadie” en el paĂs y acusĂł a los fiscales del caso Petrobras de “estar llevando a Brasil a la destrucciĂłn”.
Y mientras en las calles se gritaba “Lula, guerrero del pueblo brasileño”, la Justicia continuaba su cerco contra el exgobernante, que acumula cinco causas abiertas en la Justicia penal, la mayorĂa de ellas relacionadas con el caso Petrobras.
Las autoridades le embargaron hoy casi tres millones de dĂłlares que estaban depositados en dos fondos de pensiĂłn, cantidad que se suma a los 200.000 dĂłlares que fueron bloqueados de cuatro cuentas bancarias de su propiedad, entre otros bienes.
Para los abogados de Lula, que ya han recurrido la decisiĂłn, los embargos “perjudican su subsistencia” y la de “su familia” y se trata de “otra arbitrariedad” más cometida por Moro.
En otro de sus frentes, el magistrado marcĂł hoy para el 13 de septiembre un nuevo interrogatorio con Lula en el marco de una de las causas pendientes, en la cual, segĂşn la FiscalĂa, el dirigente recibiĂł sobornos del grupo Odebrecht a travĂ©s del exministro Antonio Palocci, ayer preso por el caso Petrobras.
Esas supuestas coimas se habrĂan destinado a la compra del terreno que ocupa la sede del Instituto Lula y un ático vecino a su residencia particular en la ciudad de Sao Bernardo do Campo, en el estado de Sao Paulo.
Lula siempre ha negado las acusaciones en su contra, pero ayer reconociĂł que su partido, el PT, “errĂł al aceptar el juego de hacer campaña en los moldes que los otros polĂticos hacĂan”, en referencia a los escándalos sobre supuesta financiaciĂłn ilegal de campañas por parte de las empresas implicadas en los desvĂos de Petrobras y que escondĂan favores.
El expresidente puede llegar a ser investigado en otros 6 procesos más, segĂşn solicitĂł la FiscalĂa con base en confesiones hechas por exdirectivos de Odebrecht, e igualmente está salpicado por las que hicieron ejecutivos del grupo cárnico JBS.
Ante el cĂşmulo de investigaciones y procesos, Lula hablĂł sobre las nuevas caras que le gustarĂa ver como candidatos del PT, en caso de que Ă©l no pueda concurrir en las elecciones de 2018.
Entre ellas citó al gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, también citado en las confesiones de Odebrecht, y al exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, quien fue ministro de Educación en los Gobiernos de Lula y de su sucesora, Dilma Rousseff.
No obstante, Lula ya prometiĂł que luchará hasta el final por su inocencia y asegurĂł tener la “conciencia tranquila” a pesar de haberse convertido en el primer expresidente del paĂs condenado penalmente desde el restablecimiento de la democracia (1985).

fuente diariolibre.com