No está ubicada en una reconocida plaza comercial ni en una avenida principal de la capital. Cuchi vende ropas de paca en el mercado del pueblo de San CristĂłbal y con sĂłlo RD$200 me armĂł un “outfit” para una noche de amigas con un jean y una blusa blanca con pequeños brillos dorados, ambas piezas en buen estado.
Para llegar donde Fiordaliza Cuevas, conocida como Cuchi, quien tiene 23 años vendiendo ropa de marca a precios tan bajos que sorprenden, hay que recorrer tres pasillos, es como un laberinto, pero como mucha gente de la provincia la conoce, solo con mencionar su nombre a la entrada del mercado un buen samaritano te lleva donde ella.
Donde Cuchi no hay maniquĂes ni lujosas vitrinas.
Sus exhibidores son solo unas mesas de madera que ocupan gran espacio y en ellas se “tiran” las ropas segĂşn su tipo: blusas, sábanas, interiores, vestidos o ropa de niños.
Los pantalones están ubicados en un cuartico que parece un colmado pequeño de campo y al lado de este hay otro con los vestidos de gala y vestimenta femenina de trabajo.
Saber buscar
Para conseguir piezas de buena calidad hay que zambullirse en esa loma desordenada de atuendos, prestar atenciĂłn y no desesperarse.
Felicia, una clienta de Cuchi, estaba sacando ropa desde abajo, la levantaba un poco más por encima de su cabeza y revisaba cuidadosamente que no estuviese rota o manchada. Sus ojos se cerraban un poco para evaluar cuidadosamente lo que querĂa llevarse.
“¿Cuchi cuánto vale esto?”, preguntaba Felicia cada vez que veĂa una ropa que le interesaba. “Eso te cuesta RD$100, pero dime cuánto tienes”, respondĂa la vendedora.
AsĂ como Felicia, otras mujeres observaban con ojo crĂtico la paca de Cuchi para llevarse a casa lo mejor. Una de ellas comprĂł una colcha, dos fundas de almohadas y una sábana por RD$500, pero sintiĂł vergĂĽenza cuando vio la cámara del fotĂłgrafo del ListĂn Diario, Adriano Rosario. A ella le daba pena tener que recurrir a las pacas, vistas siempre con desprecio.
Cuchi lo admite: mucha gente compra de su ropa, pero algunas sienten pena y se ponen “bien bonitas” sin decir de dĂłnde proviene la vestimenta. Es como si esta forma de comprar fuera de mal gusto y chocara con los valores tradicionales, es un tabĂş. Incluso, cuando el equipo del ListĂn Diario llegĂł donde Cuchi, ella miraba desinteresada y no ponĂa atenciĂłn a las preguntas hasta que se le aclarĂł que no se hablarĂa mal de las pacas.
Se llama “Los Molina”
Hay un mercado en San CristĂłbal que vende la ropa a RD$20 en buena calidad.
Los miĂ©rcoles y los sábados se colocan aquĂ algunas “guagu¨itas”.
AllĂ no se anuncian las ofertas mediante una bocina, solo un joven levanta una caja llena de ropa para tirarlas a una mesa gritando de forma jocosa: “pĂdeme una blusa que yo te la doy a RD$20, pĂdeme un pantalĂłn que yo te lo doy a RD$20, pĂdeme lo que quieras que yo te lo voy a dar”.
En medio de este ambiente el miĂ©rcoles que el equipo del ListĂn Diario fue al lugar habĂa más de 15 personas rebuscando y agarrando lo de más calidad en una especie de “sálvese quien pueda”.
Ropas de niños, de damas y de caballeros, todas a RD$20 y la gente de San CristĂłbal no desaprovecha la oportunidad porque “es de marca y por más que se lave no se daña como la de las tiendas”. Residentes en Santo Domingo visitan esta provincia solo para comprar pacas y a los dueños de grandes comercios no les ha quedado de otra que ver cĂłmo se le comen los caramelitos.

DATOS
Amenaza
Un documento del Ministerio de EconomĂa destaca que las importaciones de ropa usada (con precios más ventajosos) son “perjudiciales” para el desarrollo de la industria local de confecciones.
Impedimento
Algunos paĂses, como Bolivia, prohibieron la importaciĂłn de ropa usada para proteger el mercado interno y la producciĂłn nacional.
También lo han hecho Argentina, Colombia y otros.
fuente listindiario.com