Por JUAN T H
Si “Lo que es igual no es ventaja”, si Danilo Medina va rumbo al 100% en las encuestas, si ya ganĂł antes de celebrar las elecciones, ¿por quĂ© imponer, contra viento y marea, al conteo electrĂłnico de los votos?
Si “Lo que es igual no es trampa”, ¿por quĂ© violar la ley electoral para imponer medidas que favorecen al gobierno creando un manto de dudas y temores sobre la pureza de los comicios? ¡Lo que es trampa jamás podrá ser igual!
Contar los votos, primero manualmente, luego electrónicamente, no le otorga ventajas a ningún partido siempre y cuando los comicios se realicen cumpliendo la ley electoral y los valores éticos que en ella se establecen claramente.
¿Por quĂ© oponerse tan rabiosamente al escrutinio, primero manual, como se ha hecho siempre; y luego electrĂłnico, como por primera vez, se pretende hacer cuando ni siquiera se ha cumplido el calendario de elecciĂłn y pruebas porque buena parte de los equipos ni siquiera han llegado al paĂs? ¿Será que hay “gato entre macuto”?
Si lo que es igual para las partes no es ventaja para ninguna de ellas, ¿por quĂ© la Junta Central Electoral insiste en implementar un sistema nuevo, sin ninguna experiencia, rechazando el tradicional donde está experimentada? ¡QuĂ© alguien me lo explique por quĂ© no lo entiendo!
La JCE está violando la ley 257/97 en artĂculos importantes, inhabilitándose para continuar dirigiendo el proceso electoral ya que muchas de sus decisiones son ilegales o ilegitimas.
La JCE no actĂşa como árbitro, que se supone imparcial, como tampoco lo hace el Tribunal Superior Electoral. Ambos –lo dice su práctica- responden a los intereses del Partido de la LiberaciĂłn Dominicana, al igual que las llamadas Altas Cortes y el Ministerio PĂşblico.
El caso de la JCE en estos momentos es altamente peligroso por cuanto ha dejado de ser un Ăłrgano colegiado, como lo establece la ley, para adquirir un carácter estrictamente unipersonal. La JCE no es la JCE, es su presidente Roberto Rosario, erigido en “Ley, Batuta y ConstituciĂłn”, con un poder extraordinario en los medios de comunicaciĂłn, comparable solo con el que tiene el presidente Danilo Medina que antes tuvo Leonel Fernández.
Me pregunto: ¿Por quĂ© la JCE quiere auditarse a sĂ misma? ¿Por quĂ© le pone trabas a ParticipaciĂłn Ciudadana para que observe las elecciones atribuyĂ©ndole en los medios de comunicaciĂłn que desea sustituirla cuando sabe que no es verdad? ¿Por quĂ© presentar a ParticipaciĂłn Ciudadana como una entidad enemiga de la JCE y del gobierno cuando su deseo es, exclusivamente, que las elecciones sean libres, transparentes, equitativas y democráticas?
¿Por quĂ© la JCE no quiere observadores independientes? ¿Por quĂ© si los comicios serán los “más democráticos que ha tenido el paĂs en toda su historia?
¿Por quĂ© no quiere que el 15% de los votos que decidiĂł se contaran manualmente no se haga en los colegios electorales sino en las Juntas Municipales sabiendo que es imposible, que es una invitaciĂłn al caos y al desorden? ¿Por quĂ© rechazĂł –con el famoso “tres a dos”- que una instituciĂłn que no fuera la JCE contara aleatoriamente el 10% en los colegios? ¿Por quĂ© rechazĂł igualmente la realizaciĂłn de auditorĂas?
La JCE, al igual que las demás instituciones del Estado debe ser llevada a su propia legalidad.
Insisto, si lo que es igual no es ventaja, si Danilo tiene casi el 100% en las encuestas que controla y paga el Palacio Nacional, ¿por quĂ© oponerse al conteo manual de los votos como se ha hecho siempre? ¿A que le temen? ¿A los resultados del voto secreto rompiendo la percepciĂłn otorgándole la victoria a la oposiciĂłn? ¿A eso le teme la JCE y el hombre del tiburĂłn podrido que echĂł los principios al zafacĂłn?
Sea como sea, la JCE me tiene chivo al oponerse al cumplimiento de la ley. ( ¿?)
FUENTE:http://www.alcarrizosdigital.net/

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