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CLASE MEDIA Y MOVIMIENTOS SOCIALES



Por Alejandro Jerez Espinal

Para identificar la posición que una persona  ocupa en la estratificación social, no basta hoy día con determinar el lugar que la misma tiene en las relaciones de producción, sino que se hace necesario verificar su nivel de ingreso y los rasgos y caracteres socioculturales que les son propios.

En la Región de América Latina y El Caribe, hasta mediado de los años ochenta, al amparo de la industrialización generada por el modelo de sustitución importaciones y más recientemente con la expansión económica propiciada por los buenos precios de las materias primas, se ha desarrollado, un sector social numeroso e importante para el crecimiento económico, la estabilidad política y la cohesión social, que se conoce como clase media.

Basada en los quintiles de la distribución de los ingresos, la clase media, comprende la población ubicada en el segundo, tercero y cuarto quintil de la distribución de ingresos domésticos de cada País, Easterly(2001), lo que establece su no pertenencia a la clase baja y alta de la pirámide social

Este segmento social, representa el cuarenta y cinco por ciento (45%) en la población en la Región de América Latina y El Caribe, de acuerdo a la OCDE para el año 2010 y está conformada de manera fundamental por pequeños y medianos empresarios, emprendedores y trabajadores formales del sector público y privado, distribuidos o con presencia en la generalidad del sector productivo.

Los niveles de presión social del segmento de la clase media ubicado en el segundo quintil, cuya condición está sujeta a que cualquier desequilibrio económico o catástrofe natural pueda enviarlesde nuevo a la pobreza, la necesidad de una mayor movilidad social, la focalización de las políticas sociales de los gobiernos hacia los más pobres del primer quintil, la prevalencia de un sistema tributario regresivo que traslada la carga impositiva a la clase media  y aplica manos blandas a los más ricos del quinto quintil, han generado niveles de insatisfacción sin precedente en ese sector social.

Esta situación ha colocado a la clase media a la vanguardia de los grandes movimientos sociales en todo el mundo, con fuertes manifestaciones en la Región de América Latina y El Caribe, la cual con su tamaño, crecimiento, nivel de inserción en casi todas las actividades productivas y su cada vez más activa participación política, ha puesto a la defensiva o al borde del precipicio, en unos casos, viejas y nuevas democracias, y en otros, propiciando nuevas alternativas de poder político por la vía democrática o violenta.

Desde  África Septentrional, pernoctando en Oriente Medio, Asia Menor, pasando por el Viejo Continente hasta llegar América Latina y El Caribe, este importante sector social, reclama de forma pacífica o con virulencia, complementado por el uso masivo de las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales, mayores niveles de transparencia, mejora en la calidad de los servicios públicos, mejor calidad de vida, políticas impositivas menos regresivas, equilibrio en la distribución del ingreso, más institucionalidad, control del endeudamiento externo e interno, erradicación del clientelismo político, modelos democráticos participativos y reglas claras en el sistema de partidos.

En el segundo decenio del Siglo XXI, algunos acontecimientos y/o manifestaciones alcanzaron por su impacto trascendencia internacional, por un lado, se destaca la “Primavera Arabe” que tiene como epicentro, países como Túnez, Egipto, Libia, Argelia, Yemen, en los cuales se producen cambios de gobiernos autoritarios, producto de las movilizaciones masivas, apoyadas en algunos casos por países occidentales, como el ejemplo de Libia.  Por el otro, está el movimiento de los “Indignados”, en España y las grandes manifestaciones en Brasil, Turquía, Siria, Omán, Barhein, Jordania y más recientemente Venezuela.

Todos estos movimientos tienen como elementos transversales, una gran presión social acumulada, sobre todo de una clase media que tiene plena conciencia de que aporta más de lo que recibe, son manifestaciones autónomas, sus demandas incluyen derechos sociales, culturales, medioambientales, económicos, civiles y políticos y son esencialmente heterogéneos, pero con una presencia determinante, de acuerdo al desarrollo de cada País, de una clase media que reclama  un mayor grado de atención de los gobiernos y su aspiración de seguir avanzando en la estructura social.








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