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Twitter y el arte de contar buenas historias




DescubrĂ­ a Nela GarcĂ­a el 20 de agosto por la tarde, cuando tenĂ­a cerca de 3000 seguidores en Twitter. En el mensaje que habĂ­an retuiteado varias personas a quienes sigo contaba que habĂ­a encontrado un mĂłvil por la calle, cuya pantalla reproducĂ­a el selfi de una chica muerta. DespuĂ©s comenzaba un hilo en que el texto se iba combinando con las fotos, los pantallazos o los vĂ­deos para sumergirte en una historia de hackers llena de misterio y acciĂłn.
En su perfil se definĂ­a asĂ­: “Hija de mi madre. Programadora por el dĂ­a, gamer por las noches. The cake is a lie. 🎂⚡”. La clave estaba en la expresiĂłn y los emoticonos finales, que remiten al mundo de los videojuegos: la torta de mentira es la zanahoria o el macguffin que te empuja a seguir adelante en la resoluciĂłn del enigma. La programadora y gamer Nela —supimos cuando acabĂł el relato el 26 de agosto y se descubriĂł el pastel— en realidad era “hija” de los narradores Manuel Bartual y Modesto GarcĂ­a. En las imágenes habĂ­amos visto a una actriz, la protagonista de #RedMonkey, la novela multimedia que acabábamos de leer.
“¿CĂłmo lo definirĂ­ais?”, les pregunto a ambos por telĂ©fono. “A nosotros nos gusta llamarlo tuitliteratura”, responde Bartual, “el hilo es su formato, su gĂ©nero”.Twitter introdujo la opciĂłn de crear hilos el 12 de diciembre del año pasado. La opciĂłn de publicar varios tuits a la vez, para construir un largo texto secuencial. La empresa respondĂ­a a la demanda de los miles de usuarios que durante el año anterior ya habĂ­an empezado a usar la posibilidad de encadenar tuits gracias a la respuesta. AsĂ­ fue como Bartual y Adam Ellis inventaron, en agosto del año pasado, y con solo dos semanas de diferencia, una nueva forma de contar cuentos.
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Los narradores Manuel Bartual y Modesto GarcĂ­a crearon el personaje de Nela GarcĂ­a, la protagonista de #RedMonkey, una novela multimedia en Twitter. CreditCortesĂ­a de @nelagarnela
Ambos provienen del mundo de los cĂłmics; ambos apostaron por una historia de fantasmas y ambos vieron cĂłmo se volvĂ­a loco el contador de seguidores de sus perfiles. El relato “Dear David”provocĂł que Ellis ahora tenga un millĂłn de lectores. Bartual llegĂł a los 450.000 durante aquellos dĂ­as de vĂ©rtigo y vacaciones con “El otro Manuel”: “Ahora estoy en unos 300.000. El descenso no me molestĂł en absoluto, es lo más normal del mundo. Es como cuando vas a ver una pelĂ­cula: despuĂ©s la sala se queda vacĂ­a. Con Nela, Modesto y yo hemos conseguido 450 millones de impresiones y más de 150.000 seguidores, esa es nuestra taquilla”.
“Es curioso que funcionen tan bien las historias de fantasĂ­a y misterio, cuando precisamente se persigue hacer creer que el usuario-narrador está presentando un suceso real”, observa Daniel Escandell-Montiel, profesor de la Manchester Metropolitan University y autor de Mi avatar no me comprende. CartografĂ­as de la suplantaciĂłn y el simulacro. Y añade: “Cuando estas ficciones crecen lo hacen mediante el engagement, reproduciendo modelos clásicos de seriales diversos, vigilando mucho el tiempo, pero tambiĂ©n buscando la conversaciĂłn para enganchar al pĂşblico”.
#RedMonkey ha destacado, precisamente, por su capacidad de seducciĂłn e interacciĂłn. Si “El otro Manuel” tiene la frescura de la propuesta pionera, que sorprende a propios y extraños por su extraordinaria repercusiĂłn (se metamorfoseĂł en una novela metanarrativa que cuenta precisamente ese Ă©xito y le da una vuelta de tuerca), la nueva obra exprime las herramientas que pone al servicio del narrador la plataforma tecnolĂłgica, en el contexto de este 2018, cuando los pokĂ©mon go, los challenges y los cuartos de escape y misterio han ocupado el espacio que une o separa la imaginaciĂłn mental de la acciĂłn fĂ­sica.
Las redes sociales no son gratis: las pagamos, y muy caras, con nuestra atenciĂłn y con nuestros datos.
Nela pedía a sus lectores, en cierto momento, que fueran a un parque y le enviaran una foto que ella no podía realizar. Varios lo hicieron. Otro de los objetivos del relato con lógica de juego de pistas era descifrar el código que permitía visualizar un vídeo de Vimeo. La narración ofrecía al menos tres niveles simultáneos. Podía disfrutarse pasiva, activa e incluso incrédulamente. Fueron muchos los lectores que desde el principio se dedicaron sobre todo a descubrir a Bartual y a García detrás de su máscara femenina.
El impacto ha sido altĂ­simo precisamente gracias a un doble desplazamiento en la autorĂ­a. Por un lado, hacia esa narradora ficcional que sale de la nada pero tiene un pasado rastreable. Por el otro, hacia un creador bicĂ©falo. DespuĂ©s de lanzar con Twitter y un equipo de veinte personas un “Cuento de Navidad” que tuvo menos repercusiĂłn de la esperada (“aunque 27.000 comentarios no están nada mal”), pero que le permitiĂł experimentar “con todas las opciones tĂ©cnicas de Twitter, incluso las que todavĂ­a no son pĂşblicas”, Bartual se dio cuenta de que “el pĂşblico interesado en las ficciones que ofrecen las nuevas plataformas esperaba sorpresa, y en mi perfil era más difĂ­cil que yo pudiera generarla”.
En junio fue presidente del jurado del certamen de tuitliteratura de la Feria del Hilo, organizada por Twitter España en paralelo a la Feria del Libro de Madrid. El primer premio en la categorĂ­a de ficciĂłn lo ganĂł GarcĂ­a. AsĂ­ se conocieron: gracias al laboratorio en que ambos estaban experimentando. Enseguida comenzaron a trabajar en el proyecto conjunto: “Al principio solos, despuĂ©s con Ana de Castro, la actriz”, comenta GarcĂ­a, “pero al final, por el Photoshop y los efectos especiales y los exteriores, acabamos siendo unas doce personas, con el apoyo de Samsung España”.
“Hemos generado en un año a un lector que ya identifica la ficciĂłn con Twitter”, apunta Emilio Pila, director de Estrategia de Marca de Twitter España, gracias a cambios tĂ©cnicos como la ampliaciĂłn a 280 caracteres o los hilos, “y a Manuel Bartual, que por suerte es español”.
Hace Ă©nfasis en que en la plataforma hay lugar para tantos nuevos conceptos de contenido como sus usuarios puedan imaginar. Los que más le interesan son aquellos que aĂşnan fidelizaciĂłn y negocio, “como los hilos, porque consiguen que la gente permanezca más tiempo en Twitter, y ese es un buen argumento de venta para la marcas”. Por eso esperan que pronto la tuitficciĂłn se popularice tambiĂ©n en AmĂ©rica Latina. Pila comenta que “serĂ­a estupendo que hubiera ficciĂłn en nuestra plataforma las veinticuatro horas, los siete dĂ­as, para todo tipo de pĂşblicos”.
En el corazĂłn del monstruo telerreal, algunos cuentacuentos inquietos han empezado a fabricar sofisticadas historias de ficciĂłn.
Las redes sociales no son gratis: las pagamos, y muy caras, con nuestra atenciĂłn y con nuestros datos. DespuĂ©s de unos primeros años de fragmentaciĂłn informativa, se ha impuesto el animal narrativo que somos todos los seres humanos. Aunque Storify cerrĂł en mayo de este año, tanto Facebook como Instagram han hecho de las “historias” sus nuevos centros de atenciĂłn. Los hilos son su equivalente en Twitter.
“En sus doce años de vida su foco ha sido el de ser la capa conversacional de internet”, comenta Pila. “Ocurra lo que ocurra, tiene que ser Twitter el lugar donde vamos a hablar sobre ello”, añade, “pero a la gente no sĂłlo le interesa la informaciĂłn y la opiniĂłn, tambiĂ©n le encanta que le cuenten historias, y si el hashtag era la hoguera alrededor de la cual se articulaba la conversaciĂłn, ahora lo es el hilo, tanto para relatos de ficciĂłn como para artĂ­culos o crĂłnicas”.
“¿Se plantean desarrollar Twitter Originals, en la lĂ­nea de las producciones originales de Netflix, Youtube o Storytel?”, le pregunto. “El ‘Cuento de Navidad’ de Manuel Bartual fue una producciĂłn nuestra, en alianza con cinco marcas, y estamos ahora con un proyecto de cocina en directo, para el que nos hemos asociado con varios cheffs españoles“.
Pero lo que les interesa sobre todo es asegurar que en Twitter la audiencia puede encontrar el contenido de vĂ­deo más relevante y que las marcas pueden asociarse al valor que les ofrece esa estrategia de vĂ­deo en tiempo presente. La prioridad no es, por tanto, crear contenido original, sino crear alianzas entre productores y creadores. Por eso inauguraron en 2015 Niche, una suerte de LinkedIn de los creadores digitales, en que Twitter no actĂşa como agencia de representaciĂłn, sino como estratega de difusiĂłn una vez que la empresa ha encontrado —gracias a ellos— al creativo que estaba buscando.
El pasado 30 abril se anunciaron oficialmente más de treinta acuerdos de contenido de vĂ­deo, entre los que destaca uno con Disney. Y la semana pasada se hizo pĂşblica una alianza con Buzzfeed para lanzar #What2Watch, un nuevo programa de prescripciĂłn para que los espectadores puedan orientarse en la excesiva oferta audiovisual.
Ese es el contexto en que, en el corazón del monstruo telerreal, algunos cuentacuentos inquietos han empezado a fabricar sofisticadas historias de ficción, tuitliteratura que ya no solo es una ráfaga de textos de 140 caracteres, sino que integra fotografía, vídeo, encuestas, transmisiones en vivo, enigmas, memes y muchísima interacción en párrafos, casi capítulos, de 280 caracteres.
“Lo más interesante que me han dicho en este año tan loco algunos de mis lectores es que mi experimento les despertĂł el espĂ­ritu crĂ­tico”, me dice Bartual. “Ahora analizan con atenciĂłn lo que leen antes de creĂ©rselo”. En plena paranoia de las noticias falsas y la desinformaciĂłn sistemática, es decir, de la ficciĂłn disfrazada de verdad, unos cuantos escritores se han propuesto inocular en las venas del sistema ficciĂłn verdadera.
fuente nytimes.com

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