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La mujer no debe permitir que un hombre la maltrate



Es una mujer atenta, que mira fijamente a los ojos, habla con voz pausada y tono bajo. ADRIANO ROSARIO/ LISTĂŤN DIARIO.



Por las dificultades para caminar, doña Sofía Urraca no suele moverse mucho en la casa, y cuando lo hace es con un andador. Pero a sus 106 años, no ha delegado el mando en el hogar. Ella decide qué se debe hacer, y está pendiente de lo que falta. Está atenta de la comida de algún familiar. Su vista es buena y cuando cree que ha habido demora con el almuerzo, mira el reloj y le recuerda la hora a la trabajadora. No es de mucho hablar. Sus respuestas son cortas.
Pero antes de contestar se quedaba mirándome fijamente a los ojos, pensando la respuesta. Su mente está lĂşcida. Urraca, quien es nativa de Soco, San Pedro de MacorĂ­s, al Este de la RepĂşblica Dominicana, no se imaginaba que llegarĂ­a a 106 años. Cuando le preguntĂ© a quĂ© atribuye su longevidad, respondiĂł: “Porque uno cree en Dios”. Cada domingo le llevan la comuniĂłn a la casa.
Escucha programas religiosos y los domingos ve la misa por televisiĂłn.
Su comida favorita es arroz, habichuela y carne.
Se trasladó a la capital cuando tenía alrededor de 20 años.
Repudia maltratos
Se casó a los 25 años, pero contó que tuvo que separarse después de tener 7 hijos, por los maltratos de su marido.
Al comentarle que ahora hay muchos feminicidios, refiriĂł: “Ahora matan y matan, eso no puede ser (el feminicidio)”, expresĂł con tono bajo. De ahĂ­ que aconseja a las mujeres no dejarse maltratar de sus parejas.
TerminĂł de criar a sus hijos sola, pero señalĂł que pasĂł mucho trabajo. “Yo fui fuerte”, afirmĂł.
Mientras estuvo casada, solo se ocupaba de las labores del hogar, pero luego negociaba y trabajaba como modista tanto en la casa como en industrias. Luego sus hijos comenzaron a trabajar y ayudar con la carga del hogar.
Se definiĂł como una mujer hogareña, que no salĂ­a de su casa. “Estaba muy ocupada, hacĂ­a de todo en mi casa porque no habĂ­a dinero para trabajadora”, narrĂł. Le gustaba bailar y cantar en actividades familiares. Fumaba pero lo dejĂł porque le estaba haciendo daño. Al final, doña SofĂ­a cambiĂł su estado de ánimo y dio muestra de no querer seguir conversando, cuando un hijo le pidiĂł que contara cĂłmo fue la vida de la familia durante la revoluciĂłn del 1965. “Dejalo ahĂ­, dĂ©jalo ahĂ­”, le requiriĂł.
No le gusta hablar de ese tema porque en ese tiempo le mataron a un hijo, uno resultó herido y otros tuvieron que vivir años en la clandestinidad, porque pertenecían a los grupos revolucionarios.
FRASES
“Yo hacĂ­a de todo en la casa, no habĂ­a dinero para trabajadora”.
“Es mejor tener a sus hijos con un solo hombre”.
“Ahora matan, y matan. Eso no puede ser (el feminicidio).
SOFĂŤA URRACA
106 años.  

fuente listindiario.com

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