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Las Hermanas Mirabal: tres mariposas que desafiaron a Trujillo y dieron sus vidas por la libertad


UN DĂŤA COMO HOY MURIERON LAS HERMANAS MIRABAL


Santo Domingo.-Cuando se supo la noticia del vil asesinato de las hermanas Mirabal, aquel viernes 25 de noviembre de 1960 la sociedad dominicana quedĂł estremecida. Un sentimiento de rabia e impotencia se apoderĂł de gran parte de la poblaciĂłn. La dictadura habĂ­a llegado demasiado lejos.
Una banda de sicarios, por encargo expreso de Trujillo, se ocupĂł de asesinar a las tres mariposas -como les decĂ­an sus compañeros de lucha a las Mirabal- y a su chofer, Rufino de la Cruz.
Para sus asesinos fue un trabajo “fácil”. Pero se trataba de unos muertos demasiado pesados para un rĂ©gimen moribundo. Y si la expediciĂłn guerrillera del 14 de junio de 1959, aĂşn siendo un fracaso militar, sirviĂł para demostrar que la dictadura trujillista era vulnerable, la muerte de las muchachas de Salcedo fue la copa que rebozĂł la copa. A partir de su asesinato y de otros desmanes, muchos jĂłvenes de clase media, incluso gente del entorno del dictador, sintieron la necesidad de luchar contra la tiranĂ­a y por la instauraciĂłn de la democracia en el paĂ­s, comenzaba a disiparse el miedo. Su muerte tuvo el efecto contrario al que pretendĂ­a la dictadura. Seis meses despuĂ©s, Trujillo fue ajusticiado por antiguos colaboradores.

Antecedentes

El 10 de enero de 1960, jĂłvenes de clase media, seminaristas, obreros, campesinos, profesionales y estudiantes celebraron una Asamblea Nacional en una finca propiedad de Charlie Bogaert, en Mao, donde dejan constituido el denominado Movimiento Revolucionario 14 de Junio, inspirado en el ejemplo y en el programa de los guerrilleros de 1959. Bajo el liderazgo del abogado montecristeño Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo), el esposo de Minerva Mirabal, los catorcistas se plantean como objetivo derrocar la tiranĂ­a mediante la lucha armada.
Patria Mirabal
Patria Mirabal
Pero muy pronto fueron detectados por los calieses al servicio de la tiranĂ­a, como muy bien explica Rafael Chaljub MejĂ­a en su libro “La Guerrilla del Decoro”, cuando señala que el movimiento ni siquiera pudo poner a prueba su capacidad operativa.
“…diez dĂ­as despuĂ©s de la asamblea de Mao, comenzaron las detenciones en masa, con su trágica e inevitable secuela de torturas, asesinatos y desapariciones a que usualmente recurrĂ­a el rĂ©gimen ante hechos como ese”, dice el autor.
Las cárceles se llenaron de presos políticos de diversas partes del país.
Sin embargo, “el descubrimiento del complot sirviĂł para demostrar cuán extendido era el sentimiento antitrujillista”, dice Chaljub MejĂ­a.
Entre los primeros apresados figuran, además de Manolo y Minerva, los esposos de María Teresa y Patria, el ingeniero Leandro Guzmán y el hacendado Pedro González.
TambiĂ©n fue apresada MarĂ­a Teresa, a quien oficiales desnudaron delante de todos, como una forma de humillarla. Un veterano de aquella Ă©poca, Rafael -Fafa- Taveras relata cĂłmo la más joven de las “mariposas” se mantuvo incĂłlume pese a los insultos y la tortura fĂ­sica, “las descargas elĂ©ctricas sobre los senos de aquella virgen hacĂ­an mover su cuerpo, pero sus labios no se abrieron con una queja”.
MarĂ­a Teresa Mirabal
MarĂ­a Teresa Mirabal
Semanas después de aquella orgía de sangre y dolor, las mujeres fueron liberadas, pero sus esposos fueron condenados a 30 años de cárcel.
De La 40, Manolo, Leandro y Pedro fueron trasladados a La Victoria, luego a la cárcel de Salcedo y de allí a Puerto Plata. Se le permitía una visita a la semana. Los viernes.
Pese a la advertencia de varias amigos de que se cuidaran, Patria, Minerva y MarĂ­a Teresa hacĂ­an el viaje a Puerto Plata todas las semanas a ver a sus esposos y a los otros compañeros de lucha allĂ­ prisioneros. El peligro era evidente, pero ellas preferĂ­an desafiarlo antes que dejarse doblegar por el miedo.

El dĂ­a del crimen

La orden de matar a las hermanas Mirabal fue dada expresamente por Trujillo desde el 4 de noviembre, pero no fue sino el 25 cuando se dieron las condiciones para su ejecuciĂłn. Además de las razones polĂ­ticas, Trujillo sentĂ­a un odio visceral hacia las hermanas, especialmente contra Minerva por el desplante que esta le hizo once años atrás en una fiesta que se celebraba en San CristĂłbal y a la cual fueron invitadas las jĂłvenes junto a sus padres.
Ese 25 de noviembre, poco después de las cuatro de la tarde, las Mirabal y Rufino de la Cruz regresaban de Puerto Plata de ver a sus esposo en la cárcel San Felipe de Puerto Plata.
“A menos de dos kilĂłmetros de la ciudad (de Puerto Plata) habĂ­a un carro detenido con aparentes pasajeros afuera, mientras otra persona simula que revisaba el motor…..Rufino de la Cruz se detuvo cuando vio que el carro casi estaba en medio de la vĂ­a, al llegar paralelo al vehĂ­culo, el jeep fue asaltado; las mujeres lanzadas hacia afuera violentamente e introducidas al vehĂ­culo de los calieses.
Patria logrĂł salir huyendo en direcciĂłn a un camiĂłn del Seguro Social que venĂ­a por allĂ­, pero fue alcanzada y arrastrada por los cabellos e introducida al carro junto a sus hermanas, pero antes alcanzĂł a gritarles a los del camiĂłn: “DĂ­ganle a la familia Mirabal, de Salcedo, que los caliĂ©s van a matarnos”.
Cuenta Fafa Taveras que el carro marchó con las tres hermanas adentro y Rufino fue mantenido en el jeep acompañado de dos calieses.
Y explica que antes de llegar a la Cumbre de Puerto Plata se desviaron hacia la derecha, por un camino sin pavimento, entre un cañaveral, y se detuvieron a más de cien metros de la carretera.
Un grupo de esbirros encabezados por el teniente Alicinio Peña Rivera tuvo a su cargo la ejecución de las Mirabal. Fueron asesinadas a palos y puñaladas. Antes, los calieses habían ahorcado a Rufino.
Las hermanas Mirabal en el jeep en que viajaban el dĂ­a que las mataron.
Las hermanas Mirabal en el jeep en que viajaban el dĂ­a que las mataron.
Posteriormente, introdujeron los cuatro cuerpos en los vehĂ­culos y se marcharon hasta el lugar donde lanzarĂ­an el jeep con ellos dentro. Se detuvieron un momento al ver que una de las vĂ­ctimas estaba viva y se quejaba. Era Minerva, la remataron.
Con los cuatro cuerpos dentro, los asesinos lanzaron el jeep hacia un precipicio. Al dĂ­a siguiente un diario titulĂł: “Tres mujeres y un chofer perecen en vuelco”. Muy pocos creyeron esa informaciĂłn. La noticia del mĂşltiple asesinato corriĂł como pĂłlvora, provocando la indignaciĂłn amplios sectores de la sociedad dominicana.
Luego de asesinar a las hermanas MirabalTrujillo ordenĂł la confiscaciĂłn de todos sus bienes y los de sus esposos.
La sangrienta mano de hierro del tirano aplastĂł a las tres mariposas, pero serĂ­a uno de sus Ăşltimos crĂ­menes.
El 30 de mayo del año siguiente caería abatido cuando se dirigía hacia su natal San Cristóbal. Murió como vivió: a sangre y fuego.
fuente:http://eldia.com.do/

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