80% de jóvenes LGBTQ aseguran que su vida ha sido más estresante durante la pandemia. 18% de hispanos encuestados tuvo intención de quitarse la vida
“Miguel Pisano”, un estudiante de secundaria de 16 años, de padres salvadoreños, residente de Boro Park en Brooklyn, desde que tiene uso de razón le incomodaba que en las fiestas de Halloween su madre lo vistiera de vaquero o de superhéroe. Nunca pudo expresarlo. Soñaba con un disfraz de princesa.
El padre de “Miguel”, un trabajador de andamios, le repetía las pocas veces que lo veía en casa, que quería que fuese más “hombrecito”. Lo veía muy delicado.
Con el encierro de la pandemia, cuando suspendieron las clases y toda su familia se quedó sin trabajo, la presión fue peor. A la exigencia de que cambiara su “conducta” se sumó su madre.
El pasado 20 de enero cuando le prepararon un pastel para celebrar su cumpleaños número 16, un gesto del adolescente antes de soplar las velas molestó al padre, quien lo empujó gritándole que su comportamiento era de una “hembrita”. Al minuto, “Miguel” se encerró en su habitación. Al filo de la medianoche, casi se quita la vida.
“Nunca habíamos compartido tanto tiempo porque ellos trabajan mucho. En mi escuela mis compañeras me apoyan, Nunca se han burlado de mí. Pero sé que me tengo que ir pronto de mi casa para poder seguir viviendo. Mi padre no me habla”, comentó “Miguel”.
El año pasado la crisis del COVID-19 fue increíblemente difícil para muchos, pero para los jóvenes lesbianas, gays, bisexuales, transgénero, queer, no binarios e inconformes (LGBTQ) como el caso de “Miguel” fueron meses de encierro pero también de terribles tensiones. Ya hay investigaciones muy serias que así lo revelan.
Otros datos ponen en perfil este drama: El 45% de los jóvenes de las minorías de color LGBTQ, pensó en suicidarse, el 18% de los jóvenes hispanos consultados tuvo impulsos de atentar contra su vida, también el 21% de los afroamericanos.
El Proyecto Trevor es la organización más grande del mundo dedicada a la prevención del suicidio de jóvenes LGBTQ, y ahora por los efectos de la pandemia sus directivos les preocupa que no se llegue a todos los 1,8 millones de jóvenes que necesitan los servicios de la organización.
“Nuestra misión es acabar con el suicidio entre las personas LGBTQ, que todavía están luchando. Además observo que los jóvenes transgénero y no binarios intentan suicidarse menos, cuando se respetan sus pronombres y se les permite cambiar sus documentos legales oficialmente”, expresó Amit Palet, director ejecutivo de este proyecto, que se inició en todo el país desde hace 20 años.
Estos programas de prevención ante la certeza de que en este momento el riesgo para estos grupos es mayor, ahora tienen el reto de conseguir más voluntarios que salven y afirmen la vida de estos jóvenes que como “Miguel” en muchos casos no tienen a nadie a quien acudir, o que son marginados o incluso maltratados simplemente por quienes son.
“Yo me refugié en mis compañeras de clase, pero luego de que intenté suicidarme mi madre ahora tiene otra comunicación conmigo. Aunque todo con mi papá va peor. Simplemente me odia porque soy diferente. Es interesante saber que se cuenta con ayuda profesional. A veces estamos tan aislados y allí es cuando empezamos a pensar en lo peor”, comentó “Miguel”.

EN NYC: la secuela del rechazo familiar
El suicidio es la tercera causa principal de muerte entre los jóvenes de 15 a 24 años en la Gran Manzana, de acuerdo con datos revelados por la encuesta de comportamiento de riesgo para jóvenes de la ciudad de Nueva York (YRBS) divulgado por la Ciudad.
Pero con base a estos análisis, el promedio de intentos de suicidio fue del 32% entre los jóvenes de escuelas secundarias de la ciudad de Nueva York, que habían sido acosados y se han identificado como lesbianas, gays, bisexuales, o que no estaban seguros de su identidad sexual.
fuente eldiariony
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